En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho que vivía un hidalgo al que se llamó Don Quijote… Hace ahora cuatro siglos, Miguel de Cervantes estaba dando al mundo una de las grandes joyas de la literatura mundial. Su protagonista, Don Quijote de la Mancha, sería un prototipo literario íntimamente ligado a la tierra por la que discurren sus desventuras.
En varios artículos te vamos a ofrecer diferentes etapas de la ruta que te permitirá acercarte con profundidad para conocer al héroe literario y su tierra, La Mancha.
La Ruta de Don Quijote ha sido declarada por el Consejo de Europa Itinerario Cultural Europeo, el cuarto de España, tras el Camino de Santiago, el legado de Al-Ándalus y las Rutas de los Sefardíes.
Nuestra marcha comienza a orillas del río Jabalón, que ofrece al viajero innumerables vestigios de su pasada actividad volcánica, en forma de cráteres y cuencos de lagunas. Es una tierra surcada por viejas cañadas, que aún hoy recorren rebaños trashumantes, acostumbrados a la presencia del AVE, pero todavía temerosos de nuevos ataques del Caballero de la Triste Figura.
El viajero podrá aprovecharse en el comienzo de este tramo de la existencia de un carril-bici de más de 25 km, y tras pasar junto al castillo de Ciruela, proseguir hacia Ciudad Real por un antiguo camino ferroviario que atraviesa una de las muchas zonas volcánicas de La Mancha, el denominado Maar volcánico de Hoya de Cervera.
En Ciudad Real el camino se desdobla a la derecha, en dirección a Carrión de Calatrava, famosa en la antigüedad por sus manantiales de aguas medicinales, donde se han encontrado los yacimientos medievales mejor conservados de España, compuestos de un recinto amurallado, alcázar, iglesia, ciudad intramuros, necrópolis y alfares, que junto con los restos de la cercana localidad de Poblete, forman el Parque Arqueológico de Alarcos.
Finalmente el viajero llegará a Daimiel, en cuyo entorno se encuentra el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, uno de los humedales más importantes de España. El Parque, declarado Zona de Especial Importancia para las Aves (ZEPA) está formado por pequeñas lagunas que se nutren de los desbordamientos de los ríos Guadiana y Cigüela. Cuenta con un Centro de Recepción y un sistema de pasarelas de madera sobre el agua, que permite internarse cómodamente en su naturaleza.
Desde aquí rumbo norte, nos dirigimos hacia Consuegra, aprovechando el antiguo Camino Real de Andalucía que atraviesa la sierra de Malagón, donde un nuevo ramal conduce hasta la Cruz de Piedra. Estamos en los Montes de Toledo, feudo del escaso lince, la nutria y los venados.
Desde Consuegra, siempre vigilada por un puñado de molinos clavados en lo alto de sus cerros, encontraremos un nuevo ramal a la derecha, que lleva a Herencia y Villarta de San Juan, atravesando Puerto Lápice, varias veces mencionado en El Quijote, que ha sabido guardar en sus calles, plazas y ventas, el ambiente de la época cervantina.
Tras regresar a Consuegra, y tomando la denominada “Senda de los Españoles”, pasamos por Manzaneque para desviarnos hasta Orgaz, declarado conjunto histórico, que aún mantiene restos de muralla árabe y una fortaleza del siglo XII, hasta llegar a Toledo, donde se recomienda una detenida visita para disfrutar de su rico patrimonio.