El Real Monasterio de Santa María de Poblet o, simplemente monasterio de Poblet, es el prototipo de abadía cisterciense española. El monasterio de Poblet lo encuentras en la comarca de Cuenca de Barberá, casi en el centro geográfico entre las ciudades de Lérida y Tarragona, y a una hora y media de Barcelona.
El Monasterio de Poblet es el más importante de los 3 monasterios que forman la que es conocida como Ruta de Císter de Catalunya. Un impresionante conjunto arquitectónico y uno de los monasterios más grandes de Europa.
Además de la magnífica iglesia, destacado ejemplo del arte cisterciense, se conservan casi todas las construcciones que se fueron construyendo de acuerdo con las necesidades de una comunidad en plena vitalidad y expansión y con la protección de los soberanos de la confederación catalana-aragonesa: especialmente desde que Pedro III el Ceremonioso (1336-1387) hizo del monasterio panteón real de la dinastía.
En 1991 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Poblet, junto con Guadalupe, El Escorial, San Millán de Yuso y San Millán de Suso son los monasterios en España que gozan de este título.
Historia monasterio de Poblet
El Monasterio de Santa María de Poblet es, sin duda, la más importante de las abadías cistercienses españolas.
Los orígenes de este monasterio cisterciense se remontan a 1149 cuando Ramón Berenguer IV se lo entregó a los monjes de una abadía francesa. El primer abad del Monasterio de Poblet fue el abad Guerau, a partir de 1153.
Era un emplazamiento que cumplía las normas de la orden del Císter. O sea, ubicarse en un lugar aislado, estar rodeado de terrenos idóneos para la agricultura y disponer de abastecimiento de agua.
Su mayor auge lo tuvo durante el siglo XIV, cuando llegó a albergar hasta 140 monjes, más los hermanos legos que trabajaban para ellos. Fue en esa época, en concreto en 1340, cuando Pedro el Ceremonioso ordenó que el monasterio se convirtiera en panteón real. De esta forma, y hasta el siglo XV paso a albergar los sepulcros de los reyes de Aragón y Condes de Barcelona, en concreto, hasta ocho reyes y tres reinas.
En 1835 el monasterio fue abandonado tras la Desamortización de Mendizábal.
En 1930 se inició su restauración, de forma que en 1935 pudo dedicarse nuevamente la iglesia al culto, y en 1940 retornaban a su abadía algunos monjes.
En la actualidad en el monasterio de Poblet residen 31 monjes cistercienses, por lo que te adelanto que la visita de sus estancias está condicionada por las actividades diarias de estos monjes.
Visita al monasterio de Poblet
La primera impresión que da el monasterio de Poblet es el de tratarse de una gran fortaleza. Eso es así porque cuando el cenobio se convirtió en Panteón Real fueron necesarias unas reformas en pos de garantizar su seguridad. De esta manera, antes de llegar al conjunto monástico en sí, se pasa sucesivamente por un conjunto de puertas y patios.
Lo primero que nos encontramos es la Capilla de San Jorge, pequeño edificio de mediados del siglo XV, del que te llamará la atención su puerta gótica.
Esta capilla se encuentra situada junto a un segundo pórtico de un nuevo tramo amurallado, conocido como la Puerta Dorada, el cual te da acceso a otra gran explanada donde ya divisarás la iglesia del monasterio.
Dicha iglesia tiene muros a ambos lados como continuación de su fachada, los cuales en realidad son una muralla que rodea las distintas estancias de lo que ya es el recinto monacal. Esta fortificación fue mandada construir una vez el monasterio pasó a ser el panteón real de la Corona de Aragón. La fachada de la iglesia muestra una gran puerta barroca, pero el edificio en realidad tiene sus orígenes en el siglo XIII.
Para entrar al recinto monacal debes pasar por la denominada Puerta Real, del siglo XIV. Este acceso se abre entre dos de las doce torres que se distribuyen por la muralla que rodea el citado recinto monacal.
Ya en su interior lo primero que verás es el antiguo refectorio del siglo XIV, el cual posteriormente se convirtió en una bodega para producir vino.
En la actualidad la empresa Codorniu es la que gestiona la producción de las diez hectáreas de viñas propiedad del monasterio de Poblet.
La puerta de acceso al claustro del monasterio es de estilo románico, y dicho claustro de entre los siglos XII y XIII es de estilo gótico, con los capiteles de las columnas mostrando una sencilla decoración vegetal. Alrededor del claustro se distribuyen varias dependencias que se siguen utilizando por los monjes en su vida monástica.
Así, podrás ver el refectorio, o comedor, en el que la vajilla y la cubertería están listas para ser utilizada en una próxima comida.
La biblioteca conserva el original techo de crucería del siglo XIII, aunque su colección, con más de 100.000 libros, se remonta a la última y más actual etapa del monasterio, a partir de 1940.
También podrás ver la sala capitular, la cual está acondicionada incluso con micrófono para la lectura que cada día los monjes hacen de un capítulo de la regla de San Benito, la que regula su vida monástica.
También verás otras estancias que ya no se utilizan, como la antigua cocina o una antigua sala dormitorio donde los monjes dormían en el suelo sobre lechos de paja.
En uno de los lados del claustro encuentras el gran templete que cubre la fuente utilizada como lavatorio por los monjes. Es la construcción que se lleva todas las miradas, de estilo gótico y que corresponde al siglo XIV. Es este uno de los más bellos elementos del Monasterio de Poblet, quizá el más emblemático. Los lavabos eran habituales en los monasterios cistercienses de planta bernardina y se situaban, como aquí, enfrente del refectorio. Eran utilizados, por tanto, para lavarse las manos antes de los ágapes, aunque actualmente su función es puramente decorativa. En las bóvedas de crucería del templete observamos restos de la policromía original.
Finalmente entrarás en la iglesia, un edificio de tres naves con crucero, en la que se combinan el estilo románico y gótico. Así, las naves laterales presentan bóvedas de crucería y la central, de cañón apuntado.
Te llamará la atención el imponente retablo de alabastro realizado en 1529 durante el reinado de Carlos I, aunque en realidad se trata de una reconstrucción del siglo XX pues el original quedó casi destruido tras el abandono del monasterio.
Ahora bien, el elemento más distintivo de la iglesia del monasterio es, sin duda, el conjunto que forman los sepulcros reales situados en dos grandes bloques a ambos lados en el centro del crucero.