Situada en plena serranía, al noroeste de la provincia de Málaga, Ronda es visitada por multitud de turistas al año. Es sin duda uno de los rincones más bonitos de Andalucía y lugar de paso imprescindible si decides visitar Málaga.
El Puente Nuevo de Ronda, símbolo y alma de la ciudad, protagoniza una de las estampas más famosas de España: un arco de piedra que parece sujetar las dos mitades en las que el río Guadalevín parte Ronda, tiene una caída de casi cien metros.
Ronda, Andalucía, toros, caballos, bandoleros y esa caída imposible de casi cien metros en pleno casco urbano. Son demasiados elementos como para que no sea ya una imagen de España y lo español para el turismo extranjero.
La primera construcción del Puente Nuevo de Ronda se terminó en 1735 (s. XVIII). Se derrumbó seis años más tarde y murieron más de 50 personas. Uno años más tarde, en 1751 se iniciaron las obras del nuevo puente, que no se terminaron hasta 1793.
Gracias a él se conectó el barrio moderno con el barrio antiguo y se hizo posible que la ciudad siguiera ampliándose y expandiéndose.
El arquitecto José Martín de Aldehuela se encargó del proyecto. La base de la construcción son sillares realizados con la piedra extraída del mismo fondo de la garganta del Tajo de Ronda, de ahí que su color se mimetice con el barranco.
El puente está compuesto de tres cuerpos: posee un arco central de medio punto de grandes dimensiones que se apoya en otro más pequeño y por el cual pasa el río Guadalevín. Sobre este primer arco central y a ambos lados, se abren otros dos arcos de medio punto que sostienen la calle.
Para verlo en toda su grandeza el Puente Nuevo de Ronda, lo mejor es asomarse desde los miradores de la Plaza de España o de la calle de Ernest Hemingway, en la parte nueva de la ciudad, justo a la entrada del puente. Que tengan cuidado aquellos que sufran de vértigo: la caída de casi cien metros hasta el lecho del río será demasiado para ellos.
Han pasado más de dos siglos y el puente sigue dando imagen de solidez y agilidad, gracias al espacio abierto de los arcos. Pasado el asombro, podemos cruzar y visitar el centro de interpretación en el que se explica la historia y las vicisitudes del mismo.
Si te apetece hacer una pequeña ruta, le proponemos bajar el Tajo por el Camino de los Molinos. Las vistas son espectaculares, y durante la primavera el valle es una alfombra de flores.
Por cierto que el Puente Nuevo de Ronda no es el único puente de Ronda. Aún está en servicio el antiguo puente árabe, no tan impresionante, pero útil y en pie pese al paso del tiempo.
Ya en Ronda, habrá que ver la otra gran atracción de la ciudad, su plaza de toros, la Real Maestranza de Caballería de Ronda. Otro lugar de interés es el Museo del Bandolero. Y a la hora de comer, excelentes productos, como embutidos ibéricos, quesos, aceite o espárragos trigueros.
Ciudad de Ronda
Ronda es una ciudad monumental (declarada Conjunto Histórico – Artístico) que bien merece una visita para disfrutar de su encanto especial.
Rodeado de exuberantes valles y con vistas de vértigo, cualquiera que haya tenido la suerte de visitar Ronda entenderá su atractivo. Es uno de los pueblos más bellos y visitados de España (tercer destino más visitado de Andalucía).
A lo largo de la historia, Ronda ha sido una de las ciudades más inexpugnables de Andalucía. Principalmente debido a su posición geográfica, pero también se debe a una serie de conjuntos amurallados y accesos construidos por los árabes durante toda la era islámica. Conforme la ciudad crecía, más murallas y puertas se construían. Hoy en día, las murallas árabes ofrecen una visión única en el pasado de Ronda.
Ronda también es conocida como la cuna de la tauromaquia. La plaza de toros de la Real Maestranza es uno de las más antiguas y pintorescas en España. Fue construida en 1785 por el arquitecto José Martín de Aldehuela, el mismo arquitecto que construyó el Puente Nuevo. Tiene capacidad para acoger a 5000 espectadores.
Los baños árabes de Ronda son los mejor conservados de España. Se construyeron a finales del siglo XIII durante el reinado del rey Abomelik. La caldera utilizada para calentar el agua es aún visible y se mantiene en buenas condiciones. Las rejillas de ventilación en el techo en forma de estrella se modelaron a raíz de los baños de la Alhambra de Granada.
En el Palacio de Mondragón se encuentra el museo municipal y algunos jardines verdaderamente excepcionales. Construido en 1314 por el rey Abomelik, fue utilizado más adelante como residencia principal de los reyes Isabel y Fernando.
La Plaza Duquesa de Parcent es la plaza más pintoresca de Ronda, llena de monumentos. La iglesia de Santa María la Mayor es la más destacada. Una iglesia que tardó más de 200 años en construirse y es una mezcla de estilos gótico y renacentista.
Por último, destacar que a veinte kilómetros a las afueras de Ronda quedan las ruinas del antiguo asentamiento romano de Acinipo. Se distinguen un gran teatro que data del siglo I d.C.
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