La Hacienda Guzmán, cuyo primer propietario fue el hijo del mismísimo Cristóbal Colón, es un claro exponente de la hacienda barroca sevillana, dedicada al aceite de oliva. Se encuentra en La Rinconada, una población a solo 15 minutos de Sevilla.
Hacienda Guzmán proviene de una familia que ha dedicado su vida durante cuatro generaciones al aceite de oliva desde el siglo XVI.
La hacienda, con un magnífico edificio y 400 hectáreas de olivar, alberga el único museo de olivos vivos del mundo (con más de 150 variedades), una plantación 100% ecológica, un centro de investigación y una almazara. La almazara cuenta con diversos tipos de aceite que han obtenido distintos galardones internacionalmente.
Hacienda Guzmán actualmente realiza una doble labor. Por un lado, se dedica a la producción de aceite de oliva virgen extra y, por otro, lleva a cabo una importante tarea de divulgación y formación a través de la fundación Juan Ramón Guillén. Dicha entidad ha nacido para promocionar y fomentar el medio rural y defender el patrimonio de la cultura del olivar andaluz. De hecho, uno de sus objetivos es conseguir la inclusión como Patrimonio de la Humanidad UNESCO al Paisaje de la Olivar Andaluz.
No dudes en visitar su web para conocer sus tarifas y horarios de visita.
Origen e Historia de la Hacienda Guzmán
Ya en el siglo XVI, Hernando Colón (hijo del descubridor de América) producía aquí aceite que enviaba a las colonias españolas del Nuevo Mundo (a Cuba y La Española, ahora República Dominicana) con el beneplácito de Felipe II. El monarca pretendía crear cierta dependencia de la madre patria por lo que en América solo permitía el cultivo de olivos que produjesen aceitunas de mesa.
Aunque Hernando Colón fue su dueño más célebre, la familia que da nombre a la hacienda fue la que la conociera en sus años de mayor esplendor, entre los siglos XVIII y XIX, cuando llegó a ser uno de los mayores productores de aceite de oliva de todo el mundo.
A pesar de que hoy hablemos de oleoturismo, y de visitar una almazara en Sevilla como algo muy novedoso, ya el escritor romántico inglés del siglo XIX, Richard Ford, había mencionado en sus pasajes una excursión olivarera a la capital hispalense, visita de la que incluso hizo una ilustración de la hacienda, que se ha usado en algunos de sus embotellados.
En su día, la Hacienda Guzmán contaba con tres molinos de aceite, uno en cada una de sus torres. Aún se conserva desde hace 400 años uno de ellos, mantenido en perfecto estado, y que incluso se pone en funcionamiento una vez al año para garantizar su buena preservación. Destaca la viga de madera de caoba de 15 metros.
Es increíble contemplar un sistema tan rudimentario como eficaz, tan contrastado con las modernas técnicas empleadas hoy día.
Fuera de las torres observamos un patio de buganvillas en pendiente. Antaño se empleaba para amontonar la aceituna y que su propio peso comenzase la prensa. Era una primera extracción de muy mala calidad, a veces incluso podrido, que se usaba como aceite lampante (para las lámparas) para alumbrarse durante las labores en el molino.
Los aceites de la Hacienda Guzmán
La familia de aceites de Hacienda Guzmán, en solo 4 cosechas, ha logrado elevar a la categoría de lujo sus productos, los cuales reflejan las especiales condiciones del olivar, el clima y el terroir. Eso se percibe también en la producción limitada y en su cuidada presentación, envases opacos de 500 ml que permiten conservar perfectamente el aroma y el sabor.
En la actualidad producen cuatro variedades: arbequina, coupage, hojiblanca y manzanilla sevillana. Te puedes encontrar desde la suavidad y el frutado de la arbequina, los matices vegetales de tomate, hoja, hierba y alcachofa del hojiblanco, o la alta intensidad y amargor de la manzanilla, o si lo prefieres el Coupage, que combina la esencia de cada uno de nuestros productos en uno solo, obteniendo la mezcla perfecta del mejor Aceite de Oliva Virgen Extra.
El aceite más famoso de la hacienda es el de aceituna manzanilla. Su uso para elaborar aceite es algo muy original, ya que normalmente se comercializa solo como aceituna de mesa, ya que se puede extraer muy poco zumo de ellas. Sin embargo, han comprobado que, si el buen perfume viene en frasco pequeño, el AOVE no iba a ser menos, y han conseguido un aceite de manzanilla muy picante y con muchísima personalidad.
La recolección en la Hacienda Guzmán se hace “en verde”, es decir, cuando la aceituna aún no está lo suficientemente madura. Esto es así porque, a pesar de que a extracción es mucho menor, el oro líquido conseguido es de la mejor calidad.
Para conseguir un fruto superior se hace una triple selección: en parcelas, en el árbol, y en la cinta de la almazara.
En Hacienda Guzmán toda la recolección es 100% manual, durante tres meses. No se varea ni se usa ningún tipo de vibración, para maltratar la aceituna lo menos posible.
La visita a Hacienda Guzmán
La mejor forma de acercarse al mundo del aceite y conocer esta joya histórica es dejándose tentar por una Experiencia HG. El paso del tiempo ha dejado reminiscencias fáciles de adivinar al recorrer la propiedad, como sus jardines andalusíes donde una alberca recoge el agua que regará granados, naranjos y limoneros. Igual de interesante es la olivoteca, donde se encuentran variedades de olivos de todo el mundo; la almazara, donde se puede observar el proceso de extracción de aceite, desde que se introducen las aceitunas para separarlas de las hojas y lavarlas, hasta que sale este elixir por el grifo; el Museo de Carruajes, una colección privada de coches y carruajes originales de los siglos XVII, XVIII y XIX; las caballerizas, con caballos de pura raza española; y la almazara del siglo XVIII, donde con una viga de 15 metros se recrea el proceso.
Una de las visitas más sorprendentes es su museo de los olivos, con más de 150 variedades a cada cuál más sorprendente que la anterior. Algunos, con aceitunas buenas para mesa, otras para aceite, gordales… e incluso una de color blanco. Olivos de 13 países distintos. Por haber hay un olivo nabalí, que es del mismo tipo que los que hubiese en el Monte de los Olivos. ¿Sabías que en la Biblia hay unas 400 referencias a los olivos? Pues hablan de este olivo nabalí.
Por otro lado, también tendrás oportunidad de degustar una cata de aceite entre olivos con el típico vaso azul (para no dejarte influir por el color) con tapadera de cristal de reloj, para que no se escapen los aromas.
Genial el post. Un plan diferente para hacer en Sevilla.
Espectacular todo la hacienda el olivar la cata los carruajes y sobre todo el buen aceite que hacen