Las Bardenas Reales es un espectáculo insólito y mágico al sureste de Navarra, próximo a Tudela, que a pesar de su apariencia desnuda e inhóspita, esconde grandes valores naturales.
Se trata de un Parque Natural de belleza salvaje declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Un paisaje semidesértico de 42.500 hectáreas que impacta y sorprende con cada nueva visita.
Las Bardenas Reales se crearon gracias a varios fenómenos naturales. Los veranos son calurosos, los inviernos muy fríos y normalmente hay grandes periodos de sequía que suelen ser interrumpidos por lluvias cortas y torrenciales. Además también en esta zona existe el llamado viento del «cierzo». Estos fuertes vientos llevan millones de años erosionando poco a poco todas las formaciones que hoy en día podemos ver. De este modo, se ha creado este paisaje de aspecto lunar con cañones, altiplanos y formaciones variopintos. Fuente de inspiración de pintores y escritores y escenario de anuncios televisivos, videoclips musicales y películas como «Airbag» o la serie «Juego de Tronos».
Por tu cuenta encontrarás numerosas rutas señalizadas que podrás recorrer a pie, en bicicleta, a caballo o con vehículos a motor (consultar límites y normativa con la Junta de Bardenas Reales: 948 82 00 20). De la mano de guías especializados descubrirás rincones inolvidables con ecos de leyendas como la del famoso bandolero Sanchicorrota que lograba despistar a sus perseguidores con las herraduras de su caballo puestas al revés. Te puedes informar de todo en el Centro de Información de Bardenas Reales.
Las Bardenas Reales tiene unos veranos muy calurosos e inviernos muy fríos. En la medida de lo posible recomendamos evitar los meses de julio y agosto. Cuenta con que en las Bardenas Reales no hay ninguna sombra donde cobijarse y puedes terminar con una insolación. También te recomendamos evitar la visita en los días de lluvia. La mejor época para adentrarse en Bardenas Reales es entre septiembre y junio. Precisamente el 18 de septiembre se celebra la «Sanmiguelada». Miles de ovejas de los valles pirenaicos siguiendo la Cañada de los Roncaleses (une el Valle de Roncal con Bardenas Reales) acceden a esta vasta extensión por el Paso para pastar durante el invierno.
Características de las Bardenas Reales
El Parque Natural de las Bardenas Reales es un paisaje pseudoestepario esculpido a lo largo de millones de años a causa de la erosión. Situado a poco más de 70 km. de los Pirineos, y muy cerca de la capital de la Ribera, Tudela.
El parque se divide en tres zonas que, de norte a sur, son: el Plano, tierra de cultivo caracterizada por las elevaciones más suaves; la Bardena Blanca, la más fotografiada y visitada donde se encuentran las principales formaciones Castildetierra y Pisquerra. También en esta zona, definida por cabezos erosionados, barrancos secos y aspecto estepario, existe un Polígono de Tiro que explica el vuelo de aviones militares; y la Bardena Negra, donde el terreno se oscurece dando paso a los únicos bosques de pino carrasco de la zona acompañados de matorral.
Una vez en el parque, excepcionales miradores muestran las diferencias de unas zonas a otras. Desde el Alto de Aguilares se obtiene la más completa panorámica de la Bardena Blanca. El Balcón de Pilatos es un excepcional observatorio de aves. Puntos elevados que muestran la riqueza de este territorio en el que se esconden tres reservas naturales: el Vedado de Eguaras, un oasis al norte del parque que conserva las ruinas del castillo de Peñaflor; el Rincón del Bu en la Bardena Blanca (460 hectáreas) en cuyos cortados se cría el búho real; y las Caídas de la Negra en la Bardena Negra, (1.926 hectáreas) cuyo nombre hace referencia a los cortados de hasta 270 metros de desnivel.
El Parque Natural de Bardenas Reales cuenta además con más de 700 km. de caminos, pistas y cañadas, muchas señalizadas, que pueden ser recorridas por los amantes del senderismo y el ciclismo. No obstante, es recomendable ir acompañado de guías especializados en la primera incursión a este enclave natural. Además de evitar el riesgo de perderse en este desierto, te ayudarán a interpretar este paisaje cuya flora y fauna es más propia del desierto africano que del norte peninsular, llegando a ser paraíso antaño de cocodrilos y tortugas. Hoy día, águilas, buitres, búhos, avutardas, zorros, gatos monteses, ginetas, anfibios y reptiles campan entre matorrales, sisallares, saladares y espartales.