La Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Cádiz es la sede episcopal de la diócesis de Cádiz y Ceuta. Se empezó a construir en 1722 y no se terminó hasta el 28 de noviembre de 1838.
Recibe el nombre de la «Santa Cruz sobre el Mar» o «Santa Cruz sobre las Aguas», aunque los gaditanos la denominan catedral Nueva en contraposición a la catedral Vieja, edificada en el siglo XVI sobre la antigua catedral gótica mandada construir por Alfonso X El Sabio, y que hoy cumple las funciones de iglesia parroquial.
Bien de Interés Cultural (BIC), la Catedral de Santa Cruz de Cádiz está declarada como Monumento, según lo publicado en la Gaceta de Madrid con fecha de 4 de junio de 1931.
Está situada en el centro histórico de Cádiz, casi al borde del mar, y es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Tiene horario de visitas tanto para el interior del templo como para la Torre del Reloj. La misma entrada a la catedral sirve para acceder al museo Catedralicio, situado en la plaza Fray Félix, junto a la catedral Vieja.
Origen e Historia
El siglo de oro vivido por Cádiz en el XVIII, con el monopolio del comercio americano, exigía un marco adecuado para las celebraciones litúrgicas que ya no podía ofrecer, pese a su venerable antigüedad, la Catedral Vieja de Santa Cruz. Así fue como, con la ayuda económica de los cargadores a Indias, se inició la construcción de una grandiosa arquitectura, eligiendo al arquitecto Vicente Acero como maestro mayor de las obras en 1721.
Debido a la envergadura de la empresa y al ritmo de los trabajos, siempre obligado y a veces detenido por los ingresos del comercio, la construcción se vio sometida a distintos proyectos que modificaron los planes originales, de hecho el templo no fue consagrado hasta el año 1.838. Sobre todas estas modificaciones, cabe destacar los gustos neoclasicistas que según avanzaba el tiempo iban imponiéndose, si bien el espíritu de Vicente Acero domina todo el proyecto. Estos cambios de estilo quedan patentes en las zonas más altas de la Catedral: cúpula, torres y remate de la fachada principal.
Arquitectura
Siendo un edificio de estilo barroco y neoclásico, la genialidad del autor supo darle un aire de originalidad a la obra al conjugar la tradición arquitectónica española con las formas barrocas procedentes de Italia. Coinciden así una planta de origen gótico con potente girola, con el rico movimientos de líneas típicas de los arquitectos italianos de la época.
El templo tiene planta de cruz latina con tres naves y girola en la cabecera, inspirada en la de la Catedral de Granada y de Guadix, ambas de Diego de Siloé. Las naves se separan mediante pilares de planta elíptica con columnas corintias de fuste estriado en los extremos.
La fachada principal, enmarcada por dos grande torres que aumentan su amplitud, se divide en tres calles. La calle central alberga la portada principal de mármol blanco.
Las torres, de planta octogonal, constan de tres cuerpos, el primero de ellos de estilo barroco y los otros dos realizados en estilo neoclásico. La Torre del Reloj es, sin lugar a duda, uno de los elementos exteriores más característicos del templo gaditano. Desde sus torres puede apreciarse una vista completa de toda la urbe y maravillosas vistas al Océano Atlántico.
La cúpula, situada sobre el crucero, destaca por el color amarillo que le proporcionan los azulejos vidriados, levantándose sobre su base las esculturas de los cuatro evangelistas.
El interior se abren un total de 16 capillas, entre las que destacan la de San Sebastián, que conserva un lienzo que representa a su titular, fechado en 1621 y obra del genovés Andrea Ansaldi; la de San Servando y San Germán, que cuenta con tallas barrocas de los titulares obra de Luisa Roldán, la Roldana, fechadas en 1687; la capilla de Santa Teresa que expone la custodia procesional del Corpus Christi, realizada en plata entre 1649 y 1664 sobre diseño de Alejandro Saavedra y la Capilla Mayor, que presenta un templete neoclásico de planta circular realizado en mármoles de colores y bronce dorado, siguiendo el diseño de 1790 de Manuel Machuca.
Mención especial merece la cripta, diseñada por Vicente Acero y concluida en 1726. Se organiza en torno a un espacio circular cubierto por bóveda plana al que se abren dependencias. Preside el conjunto un espacio rectangular con nichos para enterramientos, en cuyo testero hay un altar de mármoles genoveses del siglo XVII, con la imagen en mármol blanco de la Virgen del Rosario, imagen de estilo barroco de gran calidad atribuida al escultor italiano Alessandro Algardi. En la cripta se encuentran enterrados, además de los obispos de la diócesis, los ilustres gaditanos Manuel de Falla y José Mª Pemán.