Visitar cementerios puede que no sea el plan turístico más solicitado pero hay algunos realmente fascinantes y que merece la pena visitar.
Los cementerios son el reflejo de la historia de los pueblos. Y en muchos casos encierran monumentos funerarios que son de una gran riqueza artística. El cementerio de Brihuega (Guadalajara, Castilla La Mancha) tiene doble valor porque está encerrado dentro del castillo medieval y porque cuenta con enterramientos muy antiguos.
El cementerio de Brihuega se encuentra situado en el interior de su castillo. Se trata del edificio más antiguo de la población ya que su origen se remonta a época califal y sería construido entre los siglos IX y XI. Fue residencia veraniega de los reyes taifas de Toledo hasta 1085, en especial de Al-Mamún, quien lo donó a su huésped y refugiado don Alfonso, después rey de Castilla, y conquistador de Toledo. Este monarca donó Brihuega y su castillo a los arzobispos de la sede primada, quienes lo poseyeron hasta el siglo XVIII.
Los monarcas musulmanes tenían bien vigilada la llamada tierra de nadie en un lugar estratégico que comunicaba el norte con el sur de España, para que así los cristianos no lo tuvieran fácil a la hora de aproximarse a las tierras de Al-Andalus.
Bajo posesión arzobispal, los prelados amplían la fortaleza, ya que se quedan prendados de la abundante vegetación, caza, buen clima y tranquilidad que posee Brihuega, con lo cual deciden ampliarlo en el ala norte como palacio de descanso. En la parte baja se sitúan las antiguas caballerizas, interesante dependencia con una larga bóveda de cañón construida en sillería. Hoy utilizada como capilla de la Veracruz, que alberga las imágenes que procesionan durante la Semana Santa.
Justo encima tendríamos el piso noble, con grandes ventanales formando arcos y profundo capitel de trazas visigodas, ahí se situaba el salón principal de audiencia, donde el arzobispo recibía a cualquier persona importante que llegara a visitar Brihuega, y rematado al final con una preciosa capilla puramente gótica rodeada de todo un zócalo de pinturas mudéjares geométricas, una de las pocas que se pueden encontrar en España, que la hace sin duda la joya arquitectónica más importante que posee Brihuega.
Históricamente funcionó como palacio por cualquier arzobispo que quisiera venir a pasar aquí largas temporadas, unos más y otros menos, dependiendo del poder político y las distintas disputas que tuvieran. Fue visitado también por reyes en períodos más o menos largos como Alfonso VIII, Fernando III, Alfonso X…
Desgraciadamente con la invasión napoleónica en 1808 los franceses asolan este territorio y lo primero que van a hacer es incendiar el palacio arzobispal, por lo tanto nos va a desparecer toda la decoración interior y el mobiliario que pudiera quedar que sumado a que en 1835 –con la Desamortización de Mendizábal-los bienes de la Iglesia pasan al Estado se comienza a utilizar el castillo como cementerio, nos desaparecerá para siempre el cómo estaría configurado interiormente.
El actual fue habilitado como cementerio en 1834 por culpa de una epidemia de cólera morbo asiático acaecida en el mes de agosto del citado año. Oficialmente pasó a manos municipales con la Desamortización de Mendizábal en 1835 y fue inaugurado como tal en 1838. Así reza en la dovela central del arco de entrada. En la Capilla General del viejo cementerio encontramos una lápida que nos da pistas sobre el inicio del cementerio. Empotrada a la pared hay una destinada a don Antonio Serrada que contribuyó a su construcción y en prueba de gratitud, el ayuntamiento le concede ese espacio tanto para él como para su familia. La fecha de su muerte es la de 27 de diciembre de 1850.
El cementerio fue ampliado (hoy conocido como cementerio de abajo) sobre la huerta llamada del Arriero el 24 de abril de 1881 y fue bendecido por el abad del cabildo de curas don Pedro Trijueque, cura párroco de San Miguel. El cementerio se configurará en dos partes: el de arriba o antiguo, puesto que será el primero y donde las familias más poderosas se irán enterrando en grandes panteones o capillas; y el de abajo, donde se enterrarán las gentes más desfavorecidas que verá más tardía su conversión en lápidas o panteones.
En el cementerio antiguo destacan tres capillas funerarias herederas de los tres espacios que tienen un origen medieval. En su interior están enterradas algunas de las personalidades más destacadas de los siglos XIX y XX.
Actualmente y después de un largo proceso de estudio existe un Plan Director encaminado a trasladar el cementerio y consolidar las ruinas, todo un proceso urgente, debido al peligro de derrumbe que presentan sus muros, que en teoría debería acabar en el año 2017, (si no quiere perderse, quizá tendrían concluir antes) ejecutando un proyecto museístico rehabilitando los patios y jardines, salvando así el conjunto monumental más importante de Brihuega.
VIDEO DEL CEMENTERIO BRIHUEGA
Municipio de Brihuega
Está situado a 897 m. de altitud, en el corazón de la Alcarria, en el valle del Tajuña. Junto a Pastrana, son los pueblos más importantes de la Alcarria. Es famoso por su miel. En 1973 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional.
La muralla nos da la bienvenida a Brihuega y el castillo, del siglo XII, es de las primeras cosas que nos sorprenden, pues está en la zona baja del pueblo –unos 3.000 habitantes entre el pueblo y sus pedanías–. La explicación es sencilla: el pueblo se movió. Antes estaba a los pies del castillo y su muralla, junto al río. Las crecidas inundaban las casas, hasta que los vecinos se hartaron y se mudaron al Barrio Nuevo –en plena Edad Media– por encima del castillo.
En Brihuega vivió el rey Alfonso VI de Castilla; tuvieron lugar alguna de las batallas más importantes para la llegada al trono español de la dinastía borbónica, en 1710; batallas contra los franceses en la guerra de la independencia, en 1808; y una de las batallas más nombradas de la guerra civil, en la que muchos soldados italianos participaron, en 1937.
PUERTA DE LA CADENA
Se conserva casi intacta y está en el extremo norte del pueblo. Está escoltada por un cubo semicircular y rematada por un murete almenado. Junto a ella se encuentran los establecimientos hoteleros.
Forma parte de la muralla que se construyó en 1192 y que rodeó en su totalidad la población, aunque en 1710 fue parcialmente destruida en la guerra de Sucesión.
PUERTA DE COZAGÓN
Solamente quedan unos restos de lo que fue la puerta más importante. Está junto a la plaza de toros y la iglesia de Santa María, en la parte inferior del pueblo, en el extremo sur del pueblo, y servía de entrada a los caminos que venían desde Toledo.
Construida en estilo gótico, consiste en un par de sólidos machones de planta cuadrada, que se unen en lo alto por un apuntado arco.
ARCO DE LA GUÍA
Construida dentro del recinto amurallado, se encuentra junto a la iglesia de Santa María.
IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LA PEÑA
Construida en el recinto del castillo en el s.XIII en plena transición del románico al gótico.
CUEVAS ÁRABES
En la Plaza Mayor, en el lado opuesto al Ayuntamiento, se encuentra la entrada a las Cuevas. La visita es guiada y se recorren multitud de túneles. Para visitar estas últimas hay que comprar la entrada en la carnicería Hermanos Gutiérrez (sí, suena a broma pero es así).
REAL FÁBRICA DE PAÑOS
Construida por Felipe V y terminada por Carlos III en 1750, tiene una curiosa geometría circular. Hoy en día es poco más que una ruina techada, pero que muestra bien el esplendor de una época ya pasada hace siglos. Además de ser precioso, tiene unos balcones con unas panorámicas del pueblo muy bonitas.
.