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EL BOTIJO: artesanía con historia

botijo

La invención del botijo es algo imposible de determinar con precisión. Este recipiente, al igual que otros objetos de arcilla, cuenta con miles de años de historia. Su origen se remonta a la Mesopotamia de hace unos 5500 años, cuando se empezaron a desarrollar las primeras técnicas de cocción del barro. Con el transcurso del tiempo, su fabricación fue extendiéndose por otros territorios y civilizaciones hasta llegar a nuestros días.

El Botijo es un nombre muy arraigado a lo andaluz y que etimológicamente procede del latín “butticula” y que la RAE define como “vasija de barro poroso que se usa para refrescar el agua, de vientre abultado, con asa en la parte superior, a uno de los lados boca para llenarlo de agua, y al opuesto un pitorro para beber”.

En España el botijo más antiguo encontrado es el que se conserva en el Museo Arqueológico de Murcia. El hallazgo, hace unas seis décadas, se produjo en la necrópolis de Puntarrón Chico, en Beniaján, Murcia. Se atribuye a un destacado poblado de la cultura argárica y se estima que puede tener más de 3.500 años. Su diseño es diferente al que hoy día conocemos, ya que su forma es cilíndrica incorporando un pequeño orificio y asa en la parte superior. Su tamaño es de 11 x 9,5 cm.

En nuestro país contamos con maestros alfareros de primer nivel que llevan generaciones fabricando multitud de piezas cerámicas, entre ellas, los botijos, un producto que se ha convertido en uno de nuestros iconos culturales. En La Rambla, Córdoba, se siguen trabajando fabricando los porrones o botijos más famosos de Andalucía.

El Botijo en Andalucía

El botijo, el milenario utensilio para beber agua fresca, es todo un símbolo de Andalucía.

Andalucía es tierra de luz y sol. Para combatir el calor que la protagoniza, especialmente en verano, el botijo ha acompañado tanto al campesino en sus labores de labranza como a la costurera en las largas tardes del estío andaluz.

Por cierto, el patio andaluz, elemento de refrigeración interior procedente de culturas mesopotámicas, utiliza, para su función climática, el mecanismo del botijo.

Qué es el Botijo y cómo funciona

El botijo es un recipiente de barro cocido, hecho artesanalmente, que se utiliza para beber y mantener fresca el agua. El tipo de arcilla empleada para su elaboración es la clave principal de su capacidad refrigerante, una arcilla caracterizada por una mayor porosidad.

El Botijo es pionero en lo referente a sistemas de refrigeración y probablemente el primer caso de I+D+i de la historia. A día de hoy, no existe en el mercado un producto que lo iguale en prestaciones, fiabilidad, sencillez y precio.

Un botijo a una temperatura ambiente de unos 30 grados podría enfriar el agua que contiene hasta unos 10 grados en apenas una hora. Cuanto más calor y más sequedad, curiosamente mejor será el efecto de enfriamiento y más grados bajará. Por esa razón, quienes pasaban sus días al sol lo han reverenciado durante siglos.

Mecanismo del botijo para enfriar el agua (el efecto botijo y su sistema de sudoración):

Para enfriar el agua el botijo emplea un sistema de refrigeración por evaporación. Gracias a la (1) porosidad de la arcilla, diminutas gotas de agua se van filtrando al exterior del botijo, acción conocida como (2) sudoración, empapando su cuerpo. Estas gotas, en contacto con un ambiente más cálido y seco, empiezan a (4) evaporarse al convertir en energía el (3) calor que hay dentro del botijo. Como resultado la temperatura interna disminuye y el agua se mantiene fría.

El grado de enfriamiento dependerá de factores como la cantidad de agua contenida en el botijo y de las condiciones ambientales. Este proceso térmico, cumple una función muy similar a la que realiza el sudor en nuestro organismo para reducir la temperatura corporal.

Consejos para un buen uso del botijo:

  • Antes de ponerlo en uso debe ser “curado” para evitar el sabor a barro y ello se consigue agregándole un poco de anís y mantenerlo, al menos, durante un día. Debemos colocar el botijo en un lugar seco y aireado y con unos ¾ de su capacidad.
  • El plato que se le coloca debajo es para evitar que se moje el suelo o la mesa en la que se deposita, debido a la filtración.; por lo que es aconsejable que se encuentre colgado.
  • Es importante no chupar el piporro (por motivos higiénicos), hay que beber “al chorro”.

Proceso de fabricación del Botijo

  1. Preparación del barro: antiguamente esta fase requería un proceso muy laborioso que abarcaba la búsqueda, recogida, transporte, tamizado y secado del barro. En la actualidad todo este proceso es realizado industrialmente.
  2. Amasado: permite eliminar el aire que la arcilla pueda contener, dejando la pella lista para trabajarla.
  3. Torneado: se comienza dando forma al cuerpo del botijo dejándolo airear una vez torneado. El resto de piezas (boca, asa y pitorro) se realizan a parte y también se dejan airear para que el barro tenga suficiente consistencia.
  4. Pegado de piezas: se procede a unir la boca, asa y pitón al cuerpo del botijo, repasando el conjunto para lograr un acabado fino.
  5. Secado: una vez terminada la pieza se deja secar el tiempo suficiente para que la pieza no se fracture en la fase de cocción debido a las altas temperaturas del horno.
  6. Cocción: la última fase de fabricación es cocerlo en un horno por debajo de los 1000 grados de temperatura, para evitar que los microporos de la arcilla se sellen. Esto es fundamental para que el botijo pueda realizar su función térmica de enfriamiento del agua. Solo si el uso final del botijo es como decoración se procedería a una segunda cocción tras la fase de esmaltado.

Regala el Botijo como producto auténtico de la cultura y tradición de Andalucía

El botijo ha sido considerado hasta hace pocas décadas casi como un miembro más de la familia. Pocos productos siguen despertando tanta simpatía, ternura, nostalgia e incluso admiración, tras miles de años de existencia.

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