En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho que vivía un hidalgo al que se llamó Don Quijote… Hace ahora cuatro siglos, Miguel de Cervantes estaba dando al mundo una de las grandes joyas de la literatura mundial. Su protagonista, Don Quijote de la Mancha, sería un prototipo literario íntimamente ligado a la tierra por la que discurren sus desventuras.
En varios artículos te vamos a ofrecer diferentes etapas de la ruta que te permitirá acercarte con profundidad para conocer al héroe literario y su tierra, La Mancha.
La Ruta de Don Quijote ha sido declarada por el Consejo de Europa Itinerario Cultural Europeo, el cuarto de España, tras el Camino de Santiago, el legado de Al-Ándalus y las Rutas de los Sefardíes.
Las andanzas del Ingenioso Hidalgo recorren de norte a sur el corazón manchego en este itinerario que comienza en Campo de Criptana, al pie de los famosos molinos situados en las cresterías de la Sierra de la Paz.
Aunque el paisaje de Campo de Criptana llegó a contar con 34 molinos, símbolo de identidad de toda una comarca, en la actualidad sólo conserva 10, siendo el más famoso, el denominado “Burleta”.
Desde aquí el viajero atraviesa una inmensa llanura cerealista, en la que no resulta raro encontrarse con aves esteparias tales como avutardas, alcaravanes o sisones.
Un pequeño ramal acerca al viajero a Tomelloso, que todavía conserva numerosos testimonios de su pasado, como la Posada de los Portales y donde también se puede visitar el Museo Antonio López Torres, pintor natural de esta villa.
La ruta principal continúa ofreciendo un nuevo ramal hacia Argamasilla de Alba, población que surgió al amparo que ofrecían los cercanos castillos de Peñarroya y Argamasilla.
De aquellos tiempos todavía conserva la Cueva de Medrano, donde Cervantes estuvo prisionero y según la leyenda empezó a escribir las aventuras del Ingenioso Hidalgo.
Una bifurcación permite al caminante acercarse al castillo y embalse de Peñarroya y al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, formado por una serie de lagunas tectónicas conectadas en ocasiones por pequeñas cascadas, que cobijan gran cantidad de avifauna.
Será necesario regresar al camino principal para llegar a La Solana, que todavía conserva importantes muestras de la arquitectura de hace cuatro siglos, cuando era un importante centro comercial de La Mesta, como la Casa de Don Diego, antiguo Palacio de los Condes de Casa Valiente, que hoy alberga la oficina de turismo y una sala de exposiciones y sobre todo, la Plaza Mayor. Actualmente esta villa tiene una importante fuente de ingresos en una pequeña flor malva de estambres amarillos, que pasea orgullosamente su nombre por todo el mundo: el azafrán.
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