Las Medulas es un entorno paisajístico español formado por una antigua explotación minera de oro romana situado en las inmediaciones de la localidad homónima, en la comarca de El Bierzo, provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León.
Fantástico paisaje resultado de las explotaciones auríferas romanas. Es, sin duda, la mina de oro más grande excavada por los romanos en todo su imperio. Los 300 millones de metros cúbicos de tierra extraídos para el lavado del mineral han configurado con el paso del tiempo y la erosión uno de los parajes histórico-arqueológicos con más valor y belleza de España.
El profundo relieve de las Médulas tiene su origen en el sistema empleado para la explotación del oro: el ruina montium. El procedimiento debía de ser muy rentable, pues se calcula que los romanos extrajeron de Las Médulas 800.000 kilos de oro.
En realidad, esta zona ya había sido explotada por los astures antes de la llegada de los romanos, pero fue en la época romana cuando alcanzó su mayor esplendor; la explotación se abandonó en el siglo III.
De fisonomía espectacular y ardiente, esta antigua explotación romana de extracción de oro fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997 por la UNESCO. Era el primer paraje cultural español que recibía este importante reconocimiento internacional. Varias son las razones que han llevado a considerarla patrimonio de la humanidad: fue la mayor mina a cielo abierto de todo el Imperio Romano y la mejor muestra de los grandes cambios que la explotación de oro ocasionaron en las gentes que habitaban el noroeste peninsular, condicionando desde entonces su uso posterior.
Los grandes movimientos de tierra conformaron llanuras artificiales que han servido desde entonces como vías de acceso, el Lago Carucedo se formó por el taponamiento de un valle con los residuos de la mina y hoy día es un humedal protegido, los canales se convirtieron en caminos, la modificación de la orografía del terreno dio lugar a cambios en su aprovechamiento y los cultivos introducidos por los romanos han llegado hasta nuestros días llegando a ser, en el caso del castaño, una seña de identidad de la zona.
Su característica geológica más destacada es la presencia de afloramientos de depósitos terciarios de intenso color rojizo acarcavados por la erosión natural y antrópica que ha dado lugar a un paisaje singular de enorme interés cultural y visual.
Otro aspecto que añade valor es la cubierta vegetal constituida por castaños que introduce cambios de textura y color con el terreno y es responsable también de la variación estacional del colorido del espacio.
El paisaje natural es dominado por el bosque mediterráneo en el que abundan las encinas, madroños, alcornoques, rebollos y junto a ellos se intercalan los cultivos de huertas, viñas, sotos de castaños y nogales.
Dada la zona en la que se encuentra, tiene una gran influencia atlántica, por lo que es fácil encontrar alguna especie ligada a este clima, como es el caso del abedul. Los hábitats de éste entorno, son muy variados desde bosques de ribera, hasta encinares y rebollares. También encontramos matorral de aulagas, escobas, jaras, retamas, brezos, carqueixa… que ocupan la gran parte de la superficie.
La fauna que habita en los bosques del espacio natural es muy variada, encontrándose mamíferos como el jabalí, el zorro, la garduña, la marta, la gineta, el gato montés, el corzo, el conejo, la liebre, el tejón y el lirón careto entre otros. Ligados a zonas húmedas y más difíciles de ver podemos encontrar nutria y desmán ibérico.
Este espacio natural cuenta además con un amplio patrimonio arqueológico. Existen restos de asentamientos anteriores a la llegada romana y otros que coexistieron con esta, dónde los pobladores colaboraban en el mantenimiento de los canales, en el trabajo en la mina o en la producción de herramientas para esta. A estos asentamientos se les denomina comúnmente, castros. En San Juan de Paluezas, Borrenes, Yeres, y Orellán podemos encontrarlos.
Dentro del patrimonio etnográfico, es recomendable la visita de algunas localidades como Voces, dónde se puede apreciar la arquitectura tradicional basada en la construcción con pizarra, cuarcita, barro y madera. Las casas solían ser de planta rectangular y de dos pisos, el inferior destinado a cuadras y el superior a vivienda, dónde se accedía por una escalera exterior. La casa típica posee también un corredor voladizo cerrado por una armadura de madera y pizarra. Representativos de la zona son también lavaderos, fuentes, hornos comunales, palomares de planta circular…
Una de las mejores panorámicas de la mina de oro de Las Médulas se observa desde el mirador de Orellán. Sin embargo, para comprender el verdadero sentido y repercusión histórica y social de Las médulas conviene realizar tres interesantes itinerarios: Las Médulas antes de los Romanos, la mina romana de Las Médulas y los poblados de época romana.
Dentro de las tradiciones que aún se conservan en este lugar, cabe destacar el “Magosto”, donde se asan y comen castañas, se prueba el vino nuevo y se comparten canciones y relatos. Si venís por aquí en otoño o invierno igual tenéis la suerte de que se celebre en algún municipio.
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