El yacimiento arqueológico de Los Millares, situado en el municipio de Santa Fe de Mondújar (Almería), es un asentamiento prehistórico de la Edad del Cobre (3200-2200 a. C), formado por el poblado y su necrópolis con una extensión de 6 y 13 hectáreas respectivamente.
Investigadores y científicos demostraron en el año 2020 que Los Millares fue la primera ciudad establecida de toda la península ibérica hace más de 5000 años. Además está considerado por ellos mismos también como uno de los más importantes asentamientos de esta cultura en Europa y en el mundo.
El poblado fue descubierto en 1891, durante la construcción de una vía férrea, y fue excavado por primera vez por el ingeniero belga Luis Siret.
El Museo de Almería cuenta con un ámbito expositivo dedicado al yacimiento de Los Millares.
La entrada es gratis y abren de Miércoles a domingo, de 10:00 a 14:00 h. También se realizan visitas concertadas (grupos) para las cuales son necesarias reservas por teléfono o email.
Historia del poblado de Los Millares
En Los Millares (2700-1800 a.C.) se desarrolla una espléndida cultura agrícola, pionera en la introducción de la metalurgia del cobre en el Mediterráneo occidental. Este emplazamiento también da nombre a la Cultura de Los Millares, que se extendió por Andalucía, llegando hasta Murcia y el sur de Portugal.
Su población se ha estimado en unas 1500 personas.
El poblado está situado estratégicamente cerca de las minas de cobre de la sierra de Gádor, en un promontorio entre el río Andarax y la rambla de Huéchar. Tiene una ciudadela interior amurallada y está rodeado por otras tres murallas, reforzadas con torres de planta semicircular y bastiones. Cuenta además con numerosas defensas exteriores en las elevaciones cercanas (se han localizado hasta 15 fortines), muchas de ellas fuertemente defendidas mediante murallas concéntricas. Se cree que se utilizaban también para el almacenamiento de cereales.
El poblado también presenta una impresionante necrópolis que ocupa unas 2 hectáreas y contiene cerca de un centenar de tumbas, algo sin parangón en la Europa de la época. En cada tumba se enterraban los miembros de un mismo clan con sus ajuares personales: armas, herramientas, adornos, cerámica simbólica e ídolos. La mayoría de las tumbas son tipo \’tholos\’ (construcción de forma circular).
El poblado contó con un extraordinario sistema defensivo, difícil de entender sin la existencia de unos pueblos megalíticos dedicados al pastoreo. Dispuso de cuatro líneas de murallas; de ellas, la más exterior y moderna mide 310 m. desde los escarpes del río Andarax a la rambla de Huéchar. Presenta torres semicirculares o bastiones a intervalos regulares y dos puertas.
Presenta un urbanismo organizado con viviendas de planta circular, algunos edificios de uso público y construcciones relacionadas con la distribución y almacenamiento de agua. La principal actividad económica era la agricultura, la ganadería y la caza, junto con otros trabajos especializados como los metalúrgicos y la producción de puntas de flecha.
Destaca la esmerada y sólida técnica constructiva de las edificaciones y tumbas, así como la calidad y simbolismo de la cultura material.
La visita a Los Millares
El enclave arqueológico de Los Millares se compone de el yacimiento arqueológico en cuestión, un centro de recepción de visitantes y una zona interpretativa cuya visita es independiente pero complementaria a la del yacimiento.
La visita comienza en el centro de recepción de visitantes donde hay abundantes datos acerca de las investigaciones llevadas a cabo en los Millares. En este espacio se ofrece información sobre los recorridos posibles, y se proyecta un audiovisual que facilita la comprensión del yacimiento.
En el yacimiento arqueológico la visita recorre en primer lugar la necrópolis por un itinerario a cuyos lados pueden verse los túmulos de las sepulturas. Una vez que se llega al poblado, se avanza por los diferentes recintos definidos por sucesivas líneas de murallas concéntricas.
Desde el centro de recepción de visitantes hacia el oeste, se llega a una zona interpretativa en la que se han recreado a escala real un tramo de muralla con torres o bastiones y varias cabañas en las que se reproducen las labores de la época.
La duración de la visita completa está entre las dos horas y media y las tres horas. Existe la posibilidad de visitar sólo la zona interpretativa y el centro de recepción, lo cual supondría una hora y media.
Se recomienda traer calzado cómodo, gorra, protección solar y agua.