La muralla romana que rodea la ciudad de Lugo (Galicia) es la única del mundo que se conserva entera, y es uno de los símbolos de identidad de la ciudad junto con su catedral.
Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2000 y está hermanada desde el día 6 de octubre de 2007 con la Gran Muralla China de Qinhuangdao.
Desde la época romana, sobreviviendo a destrucciones y reconstrucciones, ha conseguido mantenerse en pie hasta nuestros días, siendo la única de Europa que conserva íntegro su perímetro de 2200 metros, considerada por los entendidos como el recinto fortificado más importante y mejor conservado del mundo romano, es además totalmente transitable por su amplio adarve, al que se accede en la actualidad por 5 escaleras y una rampa (modernos), aunque los accesos originales eran mucho más abundantes, las escaleras estaban encajadas en el adarve coincidiendo con los cubos.
Su aspecto actual responde en casi su totalidad a su configuración original.
Origen e Historia
La Muralla bajo imperial de la ciudad de Lucus Augusti está datada entre las últimas décadas del siglo III y las primeras del siglo IV d.C. La situación económica en el imperio a mediados del siglo III estaba muy deteriorada. En el año 275 d.C. se sucedieron a lo largo del imperio numerosas revueltas sociales que en muchos casos acabaron con el asesinato de terratenientes y gobernadores de ciudades a manos de los sublevados.
La clase dirigente de Lucus Augusti asustada por las historias que cada día llegaban desde todo el imperio decidieron protegerse ante una posible sublevación. Para ello decidieron construir una nueva muralla que les diera seguridad frente a las revueltas sociales.
En la actualidad la muralla romana rodea el casco histórico de la ciudad.
Arquitectura
La muralla se integraba en un complejo defensivo formado por foso, muralla e intervallum. Encierra un área de unas 34,4 hectáreas y un perímetro aproximado de 2 Km. Su espesor es de una media de unos 4,20 metros y su altura oscila entre los 8 y los 12 metros.
Su planta es cuadrangular y los criterios del trazado son aún desconocidos, ya que dejó desprotegidas algunas zonas residenciales importantes al tiempo que, en otros tramos, incluyó descampados entre sus muros.
Está construida con un mortero que se elaboraba a base de tierra, piedra suelta y guijarros, cementado con agua. Presenta, actualmente, 71 cubos (60 de planta circular y 11 cuadrangulares) con torres de dos pisos. Cabe destacar que una de las torres conserva todavía su ventanal de medio punto.
El acceso al recinto amurallado se realizaba a través de 10 puertas, de las que cinco se abrieron a partir de 1853 debido al crecimiento urbano. La UNESCO considera la Muralla Romana de Lugo «ejemplo único y excepcional de las fortificaciones militares romanas».
Caminar por lo alto de la muralla que en algunos tramos alcanza los 7 m de ancho, y detenerse en algunas de sus 85 torres es sentir de cerca el poder de la Roma Imperial. Y también, disfrutar de las mejores vistas.
Puerta de Santiago o del Postigo
La puerta de Santiago ya existía en época romana y está totalmente modificada. Se conoce desde el siglo XII como puerta del Posticu, Porticu y Postigo. Todos estos nombres están relacionados con la existencia de un postigo encuadrado dentro de una puerta más grande. Mide 4,5 metros de ancho, el alto hasta la clave es de 5,50 metros y hasta incluso el adarve, de 6,90 metros.
Fue una puerta privada, ya que perteneció a la Iglesia y fue empleada hasta 1589 por los canónigos y sus sirvientes con el fin de acceder a las huertas. Esta puerta era la única que permanecía abierta en tiempos de peste.
Ensanchada en 1759 por el Obispo Izquierdo y Tavira para facilitar la entrada de carruajes, está formada por arcos y paramentos de perpiaños de granito. Los cubos que la flanquean tienen asientos de una piedra en su parte interior, en el adarve, para descanso de los paseantes. Durante esta reforma es decorada por el interior al ser considerada como una puerta de salida. Tiene un templete en el que se colocó una imagen de Santiago Matamoros y en la parte inferior el escudo de armas del Obispo Izquierdo.
Cuando se accede al recinto histórico por esta puerta el viajero se encuentra con la majestuosa Catedral de Santa María. Tras su visita, podrá comenzar el paseo por el adarve de la Muralla a través de la cuesta que sube a ella, único acceso apto para personas con movilidad reducida.
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