La isla de Ibiza, que compone el archipiélago de las Pitiusas junto con Formentera, cuenta con la bella población de Sant Antoni de Portmany, también denominado San Antonio.
Situado en el oeste de la isla, corresponde al antiguo cuartón (en catalán, quartó) de Portmany, uno de los cuatro en que Jaime I dividió la isla en siglo XIII. La palabra Portmany procede del latín portus magnus, «puerto grande» que fue adoptada por los árabes como burt\’uman y luego por los conquistadores de origen catalán a la actual expresión.
San Antonio o Sant Antoni de Pormany es uno de los pueblos más grandes de la isla, después de la ciudad de Ibiza, y es bien conocido en verano por ser uno de sus centros turísticos más importantes. Es uno de los lugares de peregrinación de miles de turistas extranjeros, especialmente británicos, que cada año visitan Ibiza atraídos por los ritmos electrónicos y la fama de las playas y calas ibicencas.
Además de practicar cualquier deporte náutico, Sant Antoni brinda la oportunidad de recorrer espectaculares paisajes naturales en diferentes itinerarios, como las que se engloban dentro de las Rutas del Halcón. El mirador de Ca´n Bernadet, con magníficas vistas sobre la bahía, es una buena meta. Cerca de Cala Salada, de profundo sabor marinero, se abren los acantilados de Cap Nunó, con impresionantes cortes.
Un día de descanso en la playa puede completarse con una animada noche en cualquiera de los muchos establecimientos de ocio. Por las calles del casco urbano, el paseo marítimo y por toda la bahía se dispersan restaurantes, terrazas, bares de copas y discotecas. Algunos de los locales de moda se enclavan a orillas del mar, como es el caso del famoso “Café del Mar”, el lugar más famoso de la isla para disfrutar de uno de los más bellos atardeceres de toda la isla. Y es que el pueblo de San Antonio se muestra orgulloso de poseer una de las mejores puestas de sol del mundo.
Historia
El origen de Sant Antoni de Portmany se remonta a tiempos prehistóricos, como demuestran los hallazgos encontrados: hachas de bronce y pinturas rupestres de temprana datación. Llamada Portus Magnus por los romanos y Portumany por los árabes, se fragua como núcleo urbano tras la reconquista del rey Jaime I.
En el siglo XIV se levanta la iglesia de Sant Antoni y, a su alrededor, el primitivo germen de esta ciudad. La fortificación de esta iglesia, y de casi todas las ibicencas, se produce en el siglo XVI para repeler el ataque de los piratas y corsarios. La iglesia de Sant Antoni de Portmany data del siglo XIV y destaca por su torre de planta poligonal.
Para asegurar su posición estratégica se construye un cinturón de torreones, que bordean la costa isleña, en el siglo XVII. Rodeada por impresionantes acantilados, se levanta la fortificación defensiva de las Torres d´en Lluc. Monumentos que se pueden admirar en diferentes puntos de la geografía de Sant Antoni.
Sant Antoni de Portmany es la segunda población más habitada de Ibiza y agrupa a las parroquias de Santa Agnès de Corona, Sant Mateu d´Albarca y San Rafael de Forca. En estos lugares es donde se levantan los templos religiosos de la zona. En Santa Agnès se encuentra una capilla subterránea, muy bien conservada, dentro de una cueva. La iglesia de Sant Rafael domina unas hermosas vistas de las islas de Ibiza y Formentera, mientras que la de Sant Mateu posee un magnífico atrio con triple arcada y capillas de bellas proporciones arquitectónicas.
Además de un amplio repertorio de cocina internacional, Sant Antoni de Portmany prepara un sabroso plato: la ensalada pagesa. Rodajas de patata cocida se mezclan con cebolla, pimientos rojos asados y berenjena. Entre los pescados es reseñable el mero al horno (enfós a n´es forn) y como postre el flaó, una tarta elaborada con queso, huevos y hierbabuena. Todo ello acompañado de los vinos de la Denominación de Origen Binissalem-Mallorca.
.