Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.
Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.
Siguiendo nuestra ruta por la provincia de Cádiz, llegamos a Villaluenga del Rosario, pueblo situado en el centro del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, a los pies del Navazo Alto (pico perteneciente a la Sierra del Caíllo) y en frente de la Sierra de Líbar. A los pies de un impresionante macizo rocoso, Villaluenga es el pueblo más alto de toda la provincia.
Aunque su origen se debe a la cultura musulmana, el cercano yacimiento de las Cuevas de la Manga, fecha la presencia humana en estas tierras desde el Paleolítico Inferior.
Los habitantes de Villaluenga desde muy antiguo manifiestan devoción por la Virgen del Rosario, la que es su Patrona desde el siglo XVIII. Desde el año 716 hasta el año 1485 estuvo ocupada por los musulmanes, año cuando el Marques de Cádiz y duque de Arcos, Rodrigo Ponce de León la recuperó.
Si visitas Villaluenga del Rosario, aún podrás contemplar los restos de la calzada medieval.
Durante el siglo XVIII, ya recuperada, vivió largo tiempo en paz, lo que le permitió aumentar sus riquezas a punto tal, que financió las obras del puente sobre el Tajo de Ronda, que permite la unión de la ciudad vieja con la nueva.
En el siglo XIX fue ocupada por las tropas napoleónicas y sufre la decadencia de su economía. En esta época fue cuando surgieron los Bandoleros y Contrabandistas, entre los que destacaron José María “El Tempranillo” y “Pasos Largos”.
Sus empinadas y estrechas calles se funden con la roca acogiendo destacados monumentos como las iglesias de San Miguel y del Salvador, las ermitas de San Gregorio y del Calvario, el Ayuntamiento y la Fuente de el Acueducto.
El municipio es todo un santuario para los amantes de la espelología, ya que en él se dan cita más de 80 cuevas y tres de las cuatro simas más importantes de Andalucía: Sima del Cacao, de los Republicanos y de Villaluenga.
Hace unos setenta años la villa se dedicaba a la fabricación de tejas, oficio este, heredado de los árabes, y el cual era posible gracias a las buenas arcillas del lugar. Aunque, hasta el momento el recurso principal de su economía ha sido la extracción del corcho de sus alcornocales.
La gastronomía típica de Villaluenga del Rosario se centra en la despensa, destaca la Sopa de Villaluenga, Sopa de Tomate, Sopa de Espárragos Verdes, Cordero y Cabrito al Horno, Conejo Almendrado, Perdiz en Salsa Campera y Pavo de Campo, sin olvidar sus famosos y ricos Quesos de Cabra y Oveja elaborados artesanalmente. Tortas de Manteca, Tortas de Chicharrones, Piñonate, Requesón de Cabra y Oveja con Miel de Villaluenga, Meloja, Pan Moreno, Jamón Serrano, Chorizo y Caña de Lomo.
La Plaza de Toros de Villaluenga del Rosario
Sin duda, su plaza de toros se define como el monumento más significativo de Villaluenga y una de las plazas más singulares del mundo. Según documentos que prueban su existencia desde 1792, se dice que es la plaza de toros más antigua de toda la provincia (s. XVIII).
Su especial interés radica en que está construida sobre roca en piedra seca, con una peculiaridad de que no es completamente redonda, siendo de forma geométrica poligonal. Antiguamente no estaba cerrado el graderío y se decía que era la plaza más pintoresca y grande del mundo, al tener sus tendidos en las estribaciones de las rocas.
El Cementerio de Villaluenga del Rosario
Un cementerio con un encanto especial, donde podrás contemplar una mezcla de tumbas y ruinas de una iglesia cuyas bóvedas cayeron por el tiempo o por la barbarie de saqueadores e incendiarios.
Singular, bonito, extraño, curioso, bello, … son algunos de los adjetivos que se le pueden asignar. No te lo puedes perder!
El Queso de Villaluenga del Rosario
En Villaluenga encontramos dos interesantes atrayentes que contribuyen a que merezca la pena una visita a este municipio. Hablamos de su peculiar plaza de toros y de la elaboración de sus mundialmente famosos quesos payoyos.
Estos quesos son los responsables de atraer cada fin de semana y durante los puentes a cientos de forasteros para adquirir este preciado producto. Han recibido cantidad de premios en concursos gastronómicos y están considerados actualmente entre los mejores quesos de España. Se elaboran artesanalmente con leche de cabra de la raza «payoya», autóctona de estas sierras y responsable de dar el producto base de la mejor calidad, ya que además este animal pasta libremente, recurriendo solo a los piensos en época de sequía.
Debido al gran éxito de este producto, Villaluenga inaguró un Museo del Queso que invita al visitante a recorrer, a través de una serie de paneles explicativos y una sala audiovisual, el camino de la elaboración de los quesos. El edificio consta de dos plantas: una expositiva y otra dedicada a talleres para la elaboración del producto.
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