La soleada ciudad mediterránea de Valencia es mundialmente conocida por sus sabrosas y suculentas naranjas. A tan sólo 30 kilómetros, se encuentra Buñol, cuyos productos alimenticios gozan de una más que merecida fama. También debe su notoriedad a una curiosa costumbre de sus habitantes, que no sólo degustan sus alimentos, sino que se cubren con ellos…
La Tomatina es una fiesta popular, donde los participantes se arrojan tomates los unos a los otros, que se celebra en las calles del municipio valenciano de Buñol.
Se celebra el último miércoles del mes de agosto, enclavada dentro de la semana de fiestas de Buñol. En esta gran batalla de tomates participa gente de todas las edades, aunque es muy popular entre los jóvenes.
El origen de la Tomatina se sitúa en 1944 cuando, según se dice, al paso de un desfile de gigantes y cabezudos, aquellos que no habían podido participar empezaron una batalla campal con los participantes y ambos bandos acabaron arrojándose verduras unos a otros. La batalla de tomates se repitió al año siguiente y así, año tras año se acabó por convertir en una tradición. La Tomatina, como fiesta oficial, se instauró en 1959.
La fiesta comenzó a ser popular en el resto de España gracias al reportaje de Javier Basilio, emitido en el programa de Televisión Española Informe semanal en 1983.
Hoy en día, la Tomatina es conocida en toda España y cada vez es una fiesta con más participación internacional. En cuanto a la organización, hace ya algunos años el ayuntamiento paga los tomates que se utilizan durante la batalla, y con tantos participantes como hay… ¡se necesitan alrededor de 100.000 kilos de esta hortaliza!
Durante la semana previa a esta batalla épica, los 9.000 habitantes de Buñol ven como su ciudad se duplica en tamaño. Toda una semana de desfiles, fuegos artificiales, comida y fiestas en la calle hacen de esta ciudad el centro de atención en España.
Las fiestas empiezan la noche anterior con la empalmà, que consiste en alargar la fiesta hasta la mañana siguiente, cuando se reparte un desayuno popular en la plaza mayor. Después de conseguir el jamón que cuelga del “palojabón” se da el comienzo a la batalla más divertida de la historia: la Tomatina.
El éxito ha llevado a que La Tomatina de Buñol fuera declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.
¿Qué debes tener en cuenta si vas a esta fiesta?
Debes saber que aunque el acceso al pueblo es libre y podrás disfrutar de muchas actividades paralelas, para poder acceder a la zona de lanzamiento de tomates es necesario adquirir una entrada que te permitirá entrar al recinto de la batalla y participar en La Tomatina lanzando más de 120 toneladas de tomates.
- Lleva ropa vieja o que no vuelvas a usar más; lo más probable es que acabe para tirar. Lo ideal: camiseta blanca.
- Elige zapatillas cerradas que luego puedas desechar pero que se mantengan en tus pies; es preferible a las chanchas, que puedes perder en la batalla del tomate.
- Las gafas de bucear pueden venirte muy bien. El ácido del tomate pica mucho en los ojos, pero limpia la piel que da gusto. ¡Exfoliación de tomate!
- Si quieres hacer fotos, utiliza una cámara resistente al agua y a las caídas, o equípala con una funda protectora.
- Si no eres de Buñol y tienes que hacer noche, no olvides buscar alojamiento con bastante antelación.
- ¡Llega pronto! A las 7.00 se cierran el acceso en coche al casco urbano y solo se puede entrar andando.
- Sigue las indicaciones de seguridad y guardar la distancia adecuada con los camiones.
- No te pierdas el palo-jabón: un poste untado en jabón y del que cuelga un jamón. El que consigue llegar a él, se lo queda.
Y, por supuesto, disfruta al máximo. Es una gozada liberar adrenalina dando tomatazos a diestro y siniestro durante una hora.
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