El Monasterio de Santo Toribio de Liébana es un monasterio franciscano localizado en el municipio de Camaleño y próximo a Potes, en la comarca de la Liébana (Cantabria). Se encuentra medio escondido entre los pliegues orográficos del monte de la Viorna, en las estribaciones de los Picos de Europa.
Fue declarado Monumento Nacional el 11 de agosto de 1953.
Los orígenes del monasterio son muy oscuros, probablemente un monje natural de Turieno llamado Toribio y que fue obispo de Palencia (530-540), fundó el primer monasterio siguiendo trazas visigóticas. Por aquel entonces el monasterio sería conocido como Monasterio de San Martín de Turieno.
Historia
El primer documento escrito en que aparece mencionado el monasterio data del año 828. El monasterio se mantuvo bajo la advocación de San Martín de Turieno, pero ya en el siglo XII (1125) aparece en documentos con su denominación actual de Santo Toribio (Sancto Martino ve/Sancto Toribio episcopo).
Tras la invasión musulmana del año 711 y la rápida conquista de la Península, los cristianos que defendían el estado hispano-visigodo se replegaron hacia las montañas cántabroastúricas e hicieron frente con éxito en la batalla de Covadonga (722), así como en otras escaramuzas que tuvieron lugar en nuestros montes, como en el cercano lugar de Cosgaya, que sirvieron para tomar confianza de sus fuerzas e iniciar la Reconquista. Se constituyó el reino asturiano con don Pelayo, a quien sucedió Alfonso I, hijo de su colaborador el duque Pedro de Cantabria, casado con Ermesinda, hija del caudillo de Covadonga.
Este rey de sangre cántabra pobló y organizó el territorio de Liébana con cristianos de la Meseta, para crear un vacío estratégico como frontera frente a los islamitas en el valle del Duero. Entre ellos vinieron monjes que se instalaron en numerosos lugares de nuestra comarca, fundando monasterios como el de San Martin de Turieno, que andando el tiempo se convertiría en Santo Toribio de Liébana.
Es posible que a mediados del siglo VIII, una vez consolidada la Reconquista en esta zona, se trajesen aquí los restos del obispo Toribio de Astorga y las reliquias del Lignum Crucis -que según la tradición él había traído de Jerusalén- para depositarlas en un lugar seguro como era este monasterio, que ya había adquirido cierto prestigio en el territorio cristiano.
El monasterio actual empezó a construirse en 1265 (siglo XIII) pero no sería hasta el siglo XV cuando las obras fueron dadas por terminadas. Durante los siglos sucesivos fueron efectuadas diversas reformas y ampliaciones, entre ellas la construcción del claustro en el siglo XVIII. Después de la guerra civil de 1936 el Organismo Regiones Devastadas efectuó una profunda remodelación (1957-1961) del monasterio, según los expertos bastante desafortunada, y que es la imagen que nos ha llegado hasta hoy en día.
AÑO JUBILAR
Desde su llegada, quizás en el siglo VIII, se veneraba la sagrada reliquia de la Cruz de Cristo en Santo Toribio. Sin embargo es a principios del siglo XVI cuando, teniendo en cuenta la tradición, los papas Julio II y León X ratifican definitivamente el Jubileo, con indulgencia plenaria para los años en que la fiesta de Santo Toribio (el 16 de abril) coincide en domingo, extendiéndose la gracia también a los siete días siguientes a la fiesta.
Con el tiempo la cofradía de Santo Toribio se denominó de la Santísima Cruz, sobre todo a partir del siglo XVI con la institución del Jubileo, por la importancia que iba adquiriendo el culto a la reliquia, celebrándose su fiesta el día 3 de mayo, en conmemoración de la invención o descubrimiento de la Santa Cruz.
La UNESCO ha declarado los Caminos de Santiago del Norte, también llamado de la Costa, Patrimonio de la Humanidad. En esta declaración está incluido el ramal del Camino Lebaniego, uno de los itinerarios de peregrinación más antiguos del mundo.
Arquitectura
Se han encontrado en excavaciones arqueológicas restos de un anterior templo prerrománico (asturiano o mozárabe tal vez) y otro románico aunque hoy día solo pueden verse restos románicos entre el actual monasterio de lo que fue el antiguo cenobio.
La iglesia actual empezó a construirse a mediados del siglo XIII (1236) en estilo gótico monástico de influencia cisterciense. La iglesia se construyó de nueva planta sobre otra anterior románica y esta a su vez sobre otra prerrománica.
Posee una cabecera de tres ábsides poligonales y un cuerpo de tres naves de similar altura. Todas las bóvedas son de crucería y algunas llevan nervios de refuerzo.
La escasa decoración se concentra en los capiteles. Los del ábside mayor llevan decoración figurada de cabezas humanas y de animales, el toro y el oso, que según la leyenda ayudaron a Santo Toribio a construir la iglesia. En el ábside central se venera la imagen de la Virgen de los Angeles, del siglo XVI.
En el ábside del evangelio se conserva la estatua yacente de Santo Toribio. Tallada en madera de olmo de Burgos consta que existía en el monasterio al menos desde el año 1316. Conserva la policromía original.
Al exterior destaca la fachada meridional en donde se encuentran las dos portadas. La más amplia es la principal, en arco apuntado rodeado de arquivoltas, que apoyan en capiteles cuyas representaciones simbólicas hacen referencia a los sacramentos. A su derecha y embutida junto a un contrafuerte se construyó la Puerta del Perdón, que se abre solemnemente para el Jubileo. A los pies de la edificación se eleva una maciza torre de campanas, en cuyo interior se encuentra el coro.
Durante la Edad Moderna se inicia la decadencia del monasterio, al transformarse en parroquias un gran número de las iglesias lebaniegas que de él dependían, acabando su vida monástica con la desamortización de Mendizábal, en 1837.
En 1960, tras la restauración del ruinoso edificio, se hace cargo de él una comunidad de PP. Franciscanos, que actualmente lo regenta, recordando la tradición que señala a San Francisco como visitante de Santo Toribio en su peregrinar a Compostela.
Lignum Crucis
La tradición la relaciona con el origen del monasterio, pero lo más verosímil es que fuese traída al mismo tiempo que los restos de Santo Toribio de Astorga, alrededor del siglo VIII. Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al «brazo izquierdo de la Santa Cruz, que la Reina Elena (madre del emperador Constantino, en el siglo IV) dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones. Está serrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo».
Un análisis científico del sagrado leño, determino que «la especie botánica de la madera del Lignum Crucis es Cupressus Sempervivens L., tratándose de una madera extraordinariamente vieja y que nada se opone a que alcance la edad pretendida».
Ermita de Cueva Santa
El primitivo monasterio estuvo rodeado de todo un conjunto de capillas y minúsculas ermitas, algunas de ellas semi-rupestres, que salpican las cercanas cumbres y laderas, donde se retiraban los monjes en sus penitencias. Algunas de ellas hoy en día se pueden visitar; la más destacable es la conocida como la Cueva Santa, que la tradición supone retiro cenobítico de Santo Toribio.
La Cueva Santa es una construcción prerrománica, de influencia asturiana, construida en torno al año 900 (s. VIII), que se encuentra en la ladera norte del monte de la Viorna. Consta de dos plantas, la inferior, excavada en la roca sería la celda y la superior construida de mampostería una capilla.
La Cueva Santa se edificó aprovechando la roca existente y se accede a ella por medio de un sencillo arco de medio punto formado por grandes dovelas que apoya en cimacios prismáticos y éstos, a su vez, sobre jambas monolíticas. El techo es de lanchas de piedra y hay una pequeña ventana. Al piso superior se accede por una escalera. En una de las dovelas del arco de entrada aparece una cruz pomeleada. Otra cruz aparece pintada en el interior de la celda.
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