En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho que vivía un hidalgo al que se llamó Don Quijote… Hace ahora cuatro siglos, Miguel de Cervantes estaba dando al mundo una de las grandes joyas de la literatura mundial. Su protagonista, Don Quijote de la Mancha, sería un prototipo literario íntimamente ligado a la tierra por la que discurren sus desventuras.
En varios artículos te vamos a ofrecer diferentes etapas de la ruta que te permitirá acercarte con profundidad para conocer al héroe literario y su tierra, La Mancha.
La Ruta de Don Quijote ha sido declarada por el Consejo de Europa Itinerario Cultural Europeo, el cuarto de España, tras el Camino de Santiago, el legado de Al-Ándalus y las Rutas de los Sefardíes.
Este décimo viaje, último itinerario de nuestra Ruta de Don Quijote, permite al viajero conocer el rico paisaje natural del límite norte de Castilla-La Mancha, que aún conserva interesantes ejemplos de arquitectura románica.
Emprendemos camino a los pies del castillo de La Torresaviñán, para continuar atravesando el Parque Natural del Barranco del Río Dulce, que sirvió de escenario natural para el rodaje de muchos episodios de los programas televisivos de Félix Rodríguez de la Fuente, en cuyos cortados siguen vivos todos los valores de la fauna y flora local que con tanta emoción supo comunicarnos.
Un poco más tarde, el viajero llegará a Sigüenza, población que todavía se enseñorea de su antigua riqueza, con la elegancia de sus casas, la monumental catedral o su castillo. Muchos son los tesoros que aquí sabrá encontrar el caminante, siendo obligado visitar la tranquila figura de El Doncel, leyendo eternamente a la poca luz de la capilla de los Arce.
En este punto encontramos dos ramales que confluirán en las salinas de Rienda; uno hacia el este, pasando por Sienes y Valdelcubo, y otro hacia el oeste, pasando en primer lugar por Palazuelos, localidad completamente amurallada, que presenta cuatro puertas conformadas por gruesos torreones que permiten acceder al pueblo.
Desde Olmeda de Jadraque, un pequeño desvío permite acercarse a Santamera, a orillas del embalse de El Atance, y llegar finalmente a la pequeña población de Imón, famosa por sus salinas de origen romano, que fueron en su tiempo las más importantes de España.
La ruta termina en Atienza, cuyo casco antiguo ha sido declarado conjunto histórico, que todavía conserva un par de puertas de la antigua muralla que la defendía, como la de Arrebatacapas, que separa las dos plazas más importantes de la villa, destacando la plaza del Trigo, con sus soportales, casonas blasonadas, el Cabildo y otros muchos edificios del siglo XVI.
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