El acantilado de Barbate o del Tajo (Cádiz) es una esplendida muestra de las fuerzas de la naturaleza, en este caso la actuación de los procesos geológicos sobre un gran sistema de dunas y la erosión que provoca el mar sobre el continente.
El acantilado, de cien metros de altura, alcanza su plenitud cerca de la torre del Tajo, dentro del Parque Natural de La Breña y Marismas del Barbate, para descender suavemente hacia Barbate.
Torre del Tajo
Después de la Reconquista, el Duque de Medina-Sidonia mandó construir por toda la costa torres vigías que avisaban de la llegada de corsarios moriscos de las costas de Marruecos.
La Torre del Tajo fue construida en el siglo XVI por Felipe II y es conocida también como Torre de la Tembladera, y a veces queda oculta por las copas de los pinos. Se encuentra en el término municipal de Barbate.
Con sus 14 metros de altura es la segunda más alta de la provincia de Cádiz, presentando después de su restauración una buena conservación. Es de acceso libre y la Junta de Andalucía le otorgó el reconocimiento especial de Castillo de la Comunidad.
La ruta de los acantilados de Barbate
El entorno natural de la Torre del Tajo y los acantilados es, sin duda, uno de los más impresionantes de la costa andaluza.
Se recomienda aparcar el vehículo en el Puerto Deportivo e iniciar el itinerario desde la Playa de la Yerbabuena a Los Caños de Meca. El recorrido es de unos 12Km.
El itinerario se inicia por un sendero muy cercano a la carretera que asciende hasta la Torre del Tajo en la mitad del recorrido, descubriéndose el impresionante escarpe modelado en la roca por filtraciones de agua.
El mirador de la Torre nos sorprenderá con una panorámica espectacular de la costa desde donde se divisa la ensenada de Barbate, el Cabo de Gracia y en frente África.
En la pared del acantilado, aparece implantada una pajarera utilizada por garcillas bueyeras, gaviotas patiamarillas, garcetas y en menor cantidad, palomas bravías, grajillas y estorninos negros.
En ruta hacia Los Caños de Meca, descendemos atravesando una espesa banda de vegetación caracterizada por la presencia de pinos carrascos, lentiscos, zarzas, madroños e hiedras, hasta alcanzar la base del acantilado.
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